Recolecta, trilla y secado de cereales

Las etapas iniciales del procesamiento de cereales son:

1. Recolecta, trilla y aventado

La planta de cereal se recolecta entera, por lo que lo primero que debemos hacer es separar el grano del resto de la planta mediante dos operaciones sucesivas: la trilla y el aventado.

La trilla consiste en la extracción de los granos. Una vez recolectadas, las gavillas de trigo se extienden en un lugar con la superficie lo suficientemente dura en la que los hombres las pisan o utilizan un trillo, una plancha de madera con piedras o cuchillas en su cara interior, de manera que los granos se desprenden de la espiga.

Tras la trilla, los granos todavía están mezclados con los restos de la planta, comúnmente denominados como paja, por lo que se deben separar. Este es el momento en el que se realiza la limpia por medio del aventado, que consiste en lanzar al aire la mezcla de granos y paja, siendo esta última arrastrada por el viento y los granos depositados en el mismo lugar en el que se encontraban anteriormente.

Este sistema tradicional fue sustituido progresivamente por trilladoras mecánicas accionadas a pedal o mediante motores diésel, que realizan simultáneamente las operaciones de trilla y aventado.

Al separar los granos de la planta, no pueden consumirse o procesarse de forma inmediata, por lo que se almacenan antes de pasar a su tratamiento previo o consumo directo.

 
2. Secado

El objetivo del secado de los granos es reducir el porcentaje de humedad, que contribuye a garantizar su conservación ya que impide tanto su germinación como el crecimiento de microorganismos.

Si las condiciones ambientales cambian, el equilibrio se rompe, por lo que el grano puede volver a ganar humedad. Al secarlo en determinados niveles de humedad, el grano no absorbe agua de nuevo o lo hace en cantidades que no comprometen su conservación. Sin embargo, la absorción de agua puede acarrear problemas cuando el grano se almacena en condiciones de elevada humedad absoluta (como en climas tropicales). Por el contrario, en climas fríos de montaña, donde incluso a elevadas humedades relativa existe poca cantidad de agua en el aire, los granos pueden almacenarse de manera temporal con un nivel de humedad mayor del 20%.

Antiguamente, los granos se dejaban al sol para llevar a cabo el secado, lo cual es bueno para el medio ambiente y para el bolsillo, pero depende completamente del tiempo. Por estas razones se ha extendido el empleo del secado mecánico, que puede realizarse en dos tipos diferentes de equipos:
  • Equipos de funcionamiento discontinuo: el aire caliente circula a través de una capa de sólidos sobre una placa perforada. El aire se calienta empleando un combustible de tipo fósil (diesel o carbón) o incluso la paja y cáscaras de los granos. Este tipo de secadores pueden utilizarse para cantidades de grano de a partir de media tonelada. Su construcción es barata (acero, hormigón o ladrillo) y requieren de bastante mano de obra en las operaciones de carga y descarga.
  • Equipos de funcionamiento continuo: el grano se alimenta y se seca de manera continua por medio de las columnas de este equipo, en las que el grano es alimentado por la parte superior y extraído por la inferior, al reducir su grado de humedad. La parte central de la columna consta de un quemador y un ventilador, que es la que impulsa el aire caliente hacia el anillo exterior (por donde circulan los granos). Pueden funcionar de dos formas diferentes: sin mezcla o con mezcla.
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